Nomofobia, nueva adicción 2.0

   No todo iban a ser bondades con la llegada de las nuevas tecnologías. Nuevas adicciones y hábitos poco saludables han aparecido unidos a estas. Algunas se están convirtiendo en unas conductas realmente preocupantes, tanto por el incremento exponencial que están experimentado por el número de afectados, como por el grupo social que está siendo el más vulnerable, los adolescentes. Hoy hablamos de la nomofobia (‘no-mobile-phone-phobia’), también conocida como nanofobia.

   Hablamos de nomofobia para referirnos al miedo irracional que experimentamos a no tener el móvil, a quedarnos sin batería o sin cobertura. Ansiedad, estrés, depresión, agresividad o nerviosismo son solo algunos de los posibles efectos que genera en las personas que experimentan esta adicción 2.0

   Y sí, aunque parezca que no, la nomofobia se trata de una adicción, ya que altera el comportamiento y genera dependencia de una actividad nociva para la salud, tanto física como mental (en este caso más mental que física).

Perfiles más habituales de adictos a la nomofobia

   Aunque estamos ante una adicción que afecta a todas las edades y sexos, es el colectivo de los adolescentes los que están siendo más vulnerables a ella por dos motivos.

   El primero porque son personas que aun están en pleno desarrollo mental y emocional, por lo tanto, más vulnerables a injerencias externas potencialmente nocivas

   El segundo, porque son personas en una franja de edad, habitualmente entre los 14 y los 16 años, que pueden ser considerados como ‘nativos digitales’, es decir, que los comportamientos aparejados a las nuevas tecnologías son lo que mayormente han conocido, a diferencia de las personas de mayor edad que se han incorporado al mundo 2.0 por el devenir de las circunstancias pero que, en su adolescencia, tenían otros hábitos de vida diferentes, lo cual hace que puedan comparar diferentes conductas y formas de actuar.

   Los adolescentes no ven esta adicción como tal, sino que la ven como un comportamiento habitual entre sus amigos, se ven reflejados y lo consideran como algo normal. Es por esto por lo que los padres deben de realizar un trabajo intenso, preferiblemente con una actitud preventiva que evite el que sus hijos se ‘enganchen’ y necesiten de una intervención farmacológica para poder eliminar los síntomas mentales que derivan de esa adicción en un futuro.

   Sin duda es mejor aplicar medidas preventivas y crear comportamientos y hábitos saludables en los hijos, que tener que recurrir a facultativos y posibles medicaciones para eliminar ‘el mono’ cuando quieran desengancharse de esta adicción 2.0.

   La OMS no ha incluido la nanofobia o nomofobia como una patología mental aun, pero los especialistas si que indican que los comportamientos derivados de ella si que son los de una adicción.

Medicina Preventiva

   Como toda adicción, la nomofobia puede combatirse con una medicina preventiva. Establecer pautas y normas por parte de los padres en cuanto a la forma y tiempo de uso que pueden hacer los hijos de los dispositivos móviles es fundamental.

   Pero no llega con imponer normas, sino que hay que explicar el por qué se imponen, así como las consecuencias que pueden generar para la salud en caso de no cumplirlas.

   Una tarea educativa, formativa y de medicina preventiva que exige un gran esfuerzo por parte de los padres, sin duda, pero que se antoja indispensable.

   El contacto social con su entorno provoca sin duda que exista esta dependencia de los móviles entre los adolescentes hoy en día. El creer que sin el móvil están solos, aislados, incomunicados, es algo que ocurre mucho más de lo que creemos.

   Conversaciones entre padres e hijos acerca de la forma adecuada en el uso de los dispositivos móviles es algo fundamental, unas acciones preventivas que sin duda reducirán el riesgo de que se genere en el futuro una adicción que requiera de tratamiento farmacológico. 

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